El valor

Hace algunos meses hablé del miedo que paraliza, de ese que en lugar de ayudarte a salir adelante te para y no permita que sigas. Hablaba de la necesidad de echarle valor para seguir adelante y en caso de no poder pedir ayuda.
Creo recordar que me refería a grandes acontecimientos de la vida. Sin embargo hoy me quiero referir a los pequeños momentos de cada día, que pueden llegar a ser tan importantes como los grandes, aunque a veces parecen no tener mucha repercusión.
Yo soy una persona muy insegura, siempre lo he sido pero desde que empecé la residencia tengo ese sentimiento mucho más presente. Supongo que es normal, no estoy segura de lo que hago o tengo que hacer. Después de ver a un paciente y ponerle un tratamiento o hacerle algo, por pequeño que sea le estoy dando vueltas después, nunca estoy segura de que lo que he hecho es lo correcto salvo que lo haya hablado con alguien que me asegure y reasegure que es así. Es decir, que muchas veces confío más en lo que los demás me dicen que en lo que yo pienso o sé.
Esta inseguridad en ocasiones me hace pensar que no aprovecho el tiempo como se merece ya que por miedo, timidez o no sé que no pido hacer cosas que en realidad tengo y quiero hacer. Bueno supongo que en estos casos también hay que echarle valor, y evitar que el miedo o la inseguridad nos paralice. Aunque tengo la impresión que al ser un sentimiento muy conocido no nos aporta la adrenalina que nos mueve (al menos a mi) ante los grandes acontecimientos.
En fin, estoy saliente y creo que se me ha ido un poco la olla espero no haberos aburrido mucho.
Otro día con más ganas os cuento cosas de mi especialidad, sobretodo para los R0.